
En un partido duro y parejo, el segundo tiempo comenzó a ser parte del conjunto capitalino, que en una jugada de su capitán, Francesco Totti, ganó un penal por la falta de Nicolás Burdisso. El penal fue ejecutado con calidad por Daniele De Rossi, y así fue convertido el único gol del partido, que le dejó la Supercopa para los romanos.
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