Mas vale tarde que nunca

La frase del título creo que es la que mejor refleja la situación de Michael Ballack. La super-estrella alemana llegó al Chelsea en el 2006 por una millonada, junto a la también millonaria llegada de Shevchenko al club inglés. Lejos de la titularidad con Mourinho, jugó poco y nada. Llegó incluso a quedarse fuera de la lista de Champions League, y a faltar en ocasiones en el banco. Los rumores de traspaso (mayoritariamente al Real Madrid) se hacían fuertes, pero el mediocentro no quería desprenderse de su salario de oro. Afirmando que se sentía cómodo en Londres, el teutón volvió a encontrar su juego ésta temporada. Con menos problemas de lesiones, cada día parece más aquel que brilló en su país. Ya con Grant, formó una buena sociedad con Frankie Lampard, y se ha convertido en un titular importante. Su potente testanazo, sus pases exquisitos y su pegada lo han devuelto a los primeros planos, y da la sensación de que por fin, está rindiendo como se lo esperaba. Así, en silencio, el Chelsea tiene clarísimas probabilidades de hacer un "doblete" de Liga y Champions.